Cómo quitar sujetadores
01 enero 2002
Es dificil, a veces terroríficamente dificil quitar un sujetador. Sobre todo cuando estás con una empalmada del quince y la joven por fin, después de un magreo de 45 minutos accede al penetre. Entonces vas tu todo feliz a quitarle el "suje" y zas, que el muy cabrón se resiste, consiguiendo que la dama se piense si es buena idea fundirse en dos con el gañán que está luchando con el cierre.
Son situaciones límite o borderline, situaciones que he tenido la desgracia de haber vivido. Y es que quitar el sujetador es la antesala de un polvete, si se sabe hacer bien, y por eso, es algo delicadísimo ese crucial momento.
En ese instante puede aparecer en la mente de la joven lo que viene a ser una "fotonovela de su vida", es decir, todos los momentos más importantes de tu vida pasan rapidísimamente a una velocidad cósmica.
Para que no se den esos desequilibrantes momentos, se ha de conocer muy bien todos los cierres de los sujetadores que tenemos en el mercado. Hay que visitar lencerías y estudiar sus formas y cierres.
Si bien antes era cada uno de su madre, ahora se han estandarizado y es mas fácil desabrocharse, incluso con una mano, de hecho, daremos una pequeña clase de apertura de cierre de suje en 5 movimientos (concéntrense y atiendan, preguntas al final).
Esto es un suje, está claro, es la parte de atrás, donde está atado.
Con una mano se pone el pulgar ahí.
Con la otra ahí (o con una mano sólo, todo aquel que tenga dedos virtuosos y una muñeca de goma).
Presion, mucha presión.
Y asunto concluido, el suje está abierto. Ahora a sobar y chupar teta, que a la mayoría les gusta mucho.
Todavía me sobreviene aquella pesadilla, aquellos cierres con botón-cabrón donde el ojal se fundía con el botón y no sabías cómo coño se quitaba eso...
Yo me he llegado a cargar sujetadores enteros, rasgándolos, destrozándolos, dejando así de paso mi impronta de macho latino temperamental y torero a la guiri de turno.
O a veces he tenido que sacárselos como una camiseta, por arriba, raspando su espalda quemada por el sol.
Y es que hay sujetadores que sujetan tan bien, que no dejan que los dedos entren entre la carne pecadora y la tela, y cuando se abre aquello ZAS!!! ahí salen los dos pitones de toro desafiantes, mirándote, diciéndote:
¿Qué hostias pasa chaval? ¿Qué quieres?
No importa que sean tetas grandes o pequeñas, lo importante es quitar con gracia el suje, que con suje no hay tetas, sino telas.
Fotos de los 5 pasos gracias a ArrozQonPollo.