La señorita María Antonia Colmenar llega al confesionario del Padre Damián para redimirse de sus pecados... Lo que la pobre colegiala no sabe es que sus cerderías de niña cochina y desvergonzada tendrán un castigo ejemplar. La inocente chiquilla le confiesa que se mete el puño y hace guarreridas españolas con el jardinero, el cura entra en furia y se la folla como un loco desquiciado hasta darle su lefa para desayunar.