Qué tetas Virgen Santa, gordas y naturales como la vida misma... Esta preciosa rubia me hace un mamadón y después me embadurna la polla con aceite para metérsela entre las mamellas. Menudo gustazo hamijos, no para de masajearme el pollastre con sus tetazas, subiendo y bajando para luego metérsela hasta el fondo en la boca y correrme como un mirlo. ¡Se lo traga todo!