¿Habéis visto el culazo que tiene Abigaile Johnson a cuatro patas? Qué maravilla, es como una obra de arte, tan redondito y suave... ¡dan ganas de metérsela hasta el fondo! Este ángel es el ejemplo perfecto del dicho que dice que las apariencias engañan... Su aspecto de niña buena no tiene nada que ver con la realidad, ¡sólo tenéis que verla comiendo rabo y embadurnada de leche!