Aquella noche sali de fiesta por los bares de la ciudad, que divertido que fue, tuve la suerte de encandilar a esta jovencita, la invite a tomar algo y parace que hubo muy buenas migas entre nosotros, se quiso venir conmigo a dormir, me conto que ella vivia muy lejos de ciudad y que los trenes ya pasaban con muy poca frecuencia y se sentia algo desprotegida por las calles. Yo, todo un caballero la ofreci pasar la noche conmigo.
Todo salio a pedir de boca que tetas tenia la chica, como es posible eso, siendo tan pequeñita y luego hay que ver que masaje y que pajas me estuvo haciendo quede como un marques.
Tuvimos una noche de sexo increible y ambos dormimos bien abrazados para darnos el mejor calor posible, el calor humano.