Descripción:

La solidaridad en estos tiempos que corren, es lo primero y por supuesto lo más importante. Me crucé por la calle con esta Ucraniana llamada Urraca y desde el primer momento me di cuenta de que se trataba de una muy buena persona, le dije que pertenecía a una ONG y que estaba recaudando fondos para ayudar al pueblo ucraniano, ella aceptó rápidamente a echarme una mano y se ofreció para cualquier cosa que fuera necesario, me la llevé medio engañada a la oficina con la escusa de tomarle los datos y nada más llegar me di cuenta de que estaba más tiesa que la mojama, no tenía un duro para ayudar a su pueblo. Lo único que podía ofrecer era a ella misma, su cuerpo, todo su cuerpo. Y yo lo tomé, porque hoy en día no se puede desaprovechar absolutamente nada, y menos un buen polvazo a la salud del gran Zelenski. ¡Hagamos el amor y no a la guerra!