He aquí el claro ejemplo de que la edad no influye en cómo te puedan hacer una mamada. Cris es jovencísima, y sin embargo la chupa que da gusto. Siempre mirándote a los ojos, con carita de niña buena, metiéndosela lentamente en la boca y jugueteando con su lenguita. Qué maravilla de teen, ¡no te la pierdas con la cara y la boca corridas!