Pezones

02 septiembre 2003

Por Torbe
http://blogs.putalocura.com/torbe

Direis que soy un pesadete, ultimamente hablo mas de tetas que del tiempo, pero es que arrastro un trauma infantil todavia no resuelto, y este psicoanalista que es esta web, me deja vomitar todos mis problemas en vosotros.

Se que no estoy solo en esta sinrazon, que hay mucho gañan que desea chupar teta mas que yo, porque todos o casi todos los que leeis esta simpar peich, estais mas salidos que Espartaco Santoni.

Las tetas, tambien llamadas senos, pechos o mamorcios, son dos cosas que les cuelgan a las nenas. Algunas los desarrollan mas que las demas, y a otras les salen antes que los dientes.

El hecho es que todas las mujeres tienen dos cosas ahí puestas desde que nacen, y muchas sienten cosquillitas cuando les pasas la lengua o el dedito por ahí, cuando le retuerces un poquito el pezon.

Es curioso, en mis experiencias con el sexo femenino, he dado con chicas con los pezones ultrasensibles que no podias tocarlos porque casi se desmayaban, a otras que me pedian que se los retorciese a saco.

Me acuerdo de una especialmente, una pija de Neguri que era una santa por el dia, y en la cama se convertia en un bicho. Me llamaba cabron, y otras lindezas, y me decia que le apretase como una chufa los pezones, ella siempre me dejaba la cama tan mojada de sus corridones, que tenia que pasarle papel higienico por encima para secarla.

Jaja, al final siempre ella dormia en la parte mojada, eso era amor!

He llegado a tocar todo tipo de pezon, pero el mas asquerosin fue uno que tenia pelos a su alrededor, me dio tal bajon, que mi pene erecto reculó y se convirtio en un garbancillo.

Otros pezones a veces echan leche materna, a eso le llaman calostro (suena a lefote), yo he bebido a veces de ahí y es una leche dulce y caliente.
Yo, para devolverle el favor, le di un poco de mi leche huevil (ja-ja que chiste mas bueno)

He aquí, amigos de la paja y del pezon rosado, una galeria esplendida de pezones de todo tipo, pero sobre todo pezones que nos provocan que chupemos como julandrones hasta reventar.