Lo mejor de las embarazadas es que, aparte del morbo que suscitan y lo jamonas que se ponen, sus tetas engordan hasta alcanzar casi el doble de su tamaño original. Sólo tenéis que contemplar a Hortensia en todo su esplendor, follando como sólo una embarazada puede hacerlo: más caliente y salvaje que nunca. Y es que dice que desde que se quedó embarazada no puede parar de follar y mamar pollas, ¡qué alegría de mujer! Cómo gime con cada embestida y qué gusto de coño caliente y húmedo, irresistible para dejarle una corrida como ésta.