El Padre Damián vuelve a hacer de las suyas y esta vez pervierte la dulce inocencia de Candy, una inofensiva colegiala encargada de arar la tierra del pequeño huerto del colegio. La sorprende por detrás y comienza a perturbar la candidez de su alumna restregándole toda la cebolleta... Lo que éste no sabía es que bajo esa blusita se escondían dos mamellas gigantescas...